Tal y como se apunta en este otro boletín, ya del mes de abril de 1836, la cuestión no solamente debía ser de índole económica, sino más bien de carácter administrativo-organizativa en algunos de los casos. La palabra "descuido" haria alusión a esa dejadez o falta de cumplimiento de los plazos fijados, algo que debía ser muy habitual en muchos de estos estamentos de tan reciente constitución y carentes de funcionarios debidamente formados y preparados para desarrollar las tareas oficiales requeridas por la administración central.
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