Hoy nos deja una persona entrañable y humilde que llegó a Burguillos de Toledo en el mes de septiembre del año 1975 y que ya no quiso perder el contacto con este que también fue su pueblo; aún a pesar de tener que marchar un día desde aquí hasta Chile en labores misioneras y regresar más tarde con otros cometidos. Seguro que allí también dejó un trocito de su corazón, como también lo hizo con nosotros.
Aquí, tuvo siempre a su lado a esa gente a la que se entregó incondicionalmente y a los que sabiamente supo inculcar ese importante legado que sólo podía aprenderse estando a su lado. No nos cabe duda de que, allí donde vaya ahora, será bien recibido; y que seguirá fiel a su entrega, a su generosidad, a su bondad y a su maravilloso don de gentes.
¡Hasta siempre don Jesús!
No hay comentarios:
Publicar un comentario