Amanece un nuevo día, primero del mes de abril. Mes de la esperanza para todos. Esperanza de ver cumplido nuestro sueño; esperanza, porque acumularemos esta semana la tercera de confinamiento en nuestras casas; esperanza, porque esperamos que la epidemia alcance su pico máximo y ver así la primera debilidad de este monstruo que asola nuestras vidas y nuestras calles, solitarias, como siempre, aunque el azul del cielo se asome tímidamente entre las nubes con las que despedimos marzo. Esperanza, en definitiva, de volver a la normalidad.
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